¡Cuánto sabe la flor! Sabe ser blanca...

¡Cuánto sabe la flor! Sabe ser blanca
cuando es jazmín, morada cuando es lirio.
Sabe abrir el capullo
sin reservar dulzuras para ella,
a la mirada o a la abeja.
Permite sonriendo
que con su alma se haga miel.

¡Cuánto sabe la flor! Sabe dejarse
coger por ti, para que tú la lleves,
ascendida, en tu pecho alguna noche.
Sabe fingir, cuando al siguiente día
la separas de ti, que no es la pena
por tu abandono lo que la marchita.


¡Cuánto sabe la flor! Sabe el silencio;
y teniendo unos labios tan hermosos
sabe callar el "¡ay!" y el "no", e ignora
la negativa y el sollozo.


¡Cuánto sabe la flor! Sabe entregarse,
dar, dar todo lo suyo al que la quiere,
sin pedir más que eso: que la quiera.
Sabe, sencillamente sabe, amor.

(Pedro Salinas)

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QUANTO SABE A FLOR

Quanto sabe a flor! Sabe ser branca
quando é jasmim, e roxa quando é lírio.
Sabe abrir o botão
sem reservar doçuras para si,
ao olhar ou à abelha.
Permite sorridente
que se faça mel com sua alma.

Quanto sabe a flor! Sabe deixar-se
colher por ti, para que tu a leves,
erguida, em teu peito numa noite.
Sabe fingir, quando no dia seguinte
de ti a afastas, que não é a mágoa
por tu a abandonares que a faz murchar.
Quanto sabe a flor! Sabe o silêncio;
e possuindo uns lábios tão formosos
sabe calar o «ai!» e o «não», e ignora
a negativa e o soluço.
Quanto sabe a flor! Sabe entregar-se,
dar, dar tudo o que é seu a quem a quer,
sem pedir mais que isso: que lhe queira.
Sabe, simplesmente sabe, amor.

(tradução de José Bento)